Los sensores de efecto Hall miden la corriente de un elemento semiconductor afectado por el campo magnético de un imán permanente montado fijamente por detrás, por lo que está sometido una fuerza magnética constante.
Si un objeto de un material ferromagnético se introduce en dicho campo magnético, la intensidad de este campo se ve afectada, lo cual permite constatar una modificación de la tensión del elemento semiconductor.
La electrónica interna convierte la señal sinusoidal obtenida en una señal de onda cuadrada y la amplifica.